Francisco Gaitán Sánchez observó a un joven que se trasladaba a Sevilla desde un pueblo cercano usando un cajón con cuatro rodamientos. Decidió fabricarle un medio de transporte con las piezas de sus bicicletas. Cuando este joven regresó a su pueblo los padres con hijos en similares circunstancias contactaron con él para que les fabricara otras sillas de ruedas.
Así se gestó una nueva etapa.